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Chile

Eugenio Cantuarias y su inédito despido de la minera estatal.

Lunes 13 de Mayo de 2013.- Es el único despido de un alto funcionario del Estado del que se tenga memoria en la historia reciente. Eugenio Cantuarias, ex senador UDI, fue hasta este lunes 6 de mayo vicepresidente de Enami, cuando el Presidente de la República, Sebastián Piñera, decretó "vacancia del cargo" luego de que el Gobierno intentara tres veces que renunciara. El jueves se supo su sucesor: Felipe Barros, ex fiscal, y hasta ese día vicepresidente interino.

Detrás de esa remoción se esconde una trama que incluye luchas de poder en el Gobierno y en la propia empresa; caos organizacional y grandes errores, cuentan ejecutivos, ex y actuales funcionarios, y hasta ministros.

¿Qué pasó en Enami? La Empresa Nacional de Minería es una de las pocas firmas del Estado que no está bajo el paraguas del Sistema de Empresas Públicas (SEP) y que más que dar cuentas a esta entidad, debe "colaborar" con ella. Esta independencia no ha resultado muy fructífera, porque pese a tener altos precios del cobre, sus resultados han sido zigzagueantes y la Contraloría ha detectado varias irregularidades.

Las pugnas internas han sido pan de cada día. Hasta el 1 de diciembre de 2011, Enami estuvo dirigida por el ingeniero comercial William Díaz, que antes había pasado por Icare, Sonami, SNA y otras entidades. Aunque Cantuarias evita criticarlo, sí dice que hasta que él llegó no se hacían inventarios de cuánto cobre tenía Enami. La Contraloría detalla que en el año 2011 faltaban datos de los préstamos entregados como fomento a las mineras y que Enami transfería más dinero del que recibía del fisco.

La mayor pelea que hubo en la era Cantuarias fue con el gerente general, Enrique Valdivieso. Ese cargo no existía hasta el 2011 y fue creado por el Ministro de Minería y presidente de Enami, Hernán de Solminihac, que lo definió antes que el ex senador llegara a hacerse cargo de la empresa a petición expresa del Presidente Piñera.

Según ejecutivos de Enami, Valdivieso -que no respondió a los requerimientos de "El Mercurio"- no sabía del negocio, lo que produjo pérdidas. Por ejemplo, como no estaba de acuerdo con el precio de venta del ácido sulfúrico, un subproducto de la refinación, trató de buscar un valor mejor, y como Paipote no tiene dónde acopiar este producto, finalmente tuvo que parar dos semanas y se terminó vendiendo el ácido un 50% más bajo que el precio inicial. Pero en el Gobierno lo defienden y dicen que aportaba conocimiento técnico mientras el vicepresidente tenía dotes políticas.

En el tercer trimestre de 2012, Cantuarias decidió despedir -vía e-mail , un viernes y mientras De Solminihac estaba de viaje en Canadá- a Valdivieso y suprimir de cuajo la gerencia general. No gustó nada ni al directorio ni al ministro de Minería, que se devolvió apenas pudo.

En el fondo, dicen en Enami, De Solminihac y parte del directorio querían separar la labor de fomento (a cargo de Cantuarias) de la de producción (con Valdivieso) en la empresa.

No ayudó en nada a la calma que el ex vicepresidente de Enami también hablara de temas internos. Hace unos meses, Cantuarias reveló que el ministro de Minería le pidió que contratara a Alfonso Ugarte como gerente de planificación o gerente de desarrollo de Enami, trabajos para los que, dijo, no tenía el perfil profesional. En una declaración pública, Ugarte niega actuar "al amparo de partidos o cofradías" y detalla varias anomalías en la gestión del removido vicepresidente, como que no ha informado las pérdidas del stock de cobre o problemas informáticos.

Pero el caos reina en la empresa desde antes. Según un informe de Contraloría de febrero de este año pero que analiza le gestión del 2011, hay 62 empresas o proyectos mineros (la empresa dice que son sólo 53) que tienen deudas con Enami desde hace 10 años o más, aunque había garantías.

También hay escasa información sobre los proyectos mineros que Enami financia: se señalan deficiencias en los datos de reservas y recursos; Enami no difunde sus programas de fomento como se debe, no sabe el resultado de la explotación de proyectos que financia, entrega dineros para iniciativas mineras a empresas que no cumplen con los requisitos. Y, para colmo, la Contraloría detectó que Enami misma incumple las normas de seguridad.

La irregularidad más grave, que viene de 2011, se relaciona con la devolución de US$ 6,5 millones de Enami al Ministerio de Hacienda. La cartera de Felipe Larraín se los entregó como Fondo de Capital de Riesgo para pequeñas y medianas mineras, pero debía restituirlos. Enami respondió que este dinero alimentaba el fondo y con ello daba más cobertura y no correspondía devolver el dinero. Hacienda insistió y Enami entregó los recursos.

¿Por qué sucede esto? Un académico del sector minero dice que el fomento a la actividad ha derivado en clientelismo y en que las empresas tengan capturada a Enami.

¿Sirve Enami?

El ex ministro de Minería en la Presidencia de Ricardo Lagos, Alfonso Dulanto, defiende a la empresa. "El rol que ha cumplido en los últimos 52 años ha sido notable e insustituible", dice, porque bajo su alero se han desarrollado centenares de empresas de la pequeña y mediana minería en zonas del país sin muchas otras alternativas de actividad.

"Estas empresas con sus labores de exploración y explotación han hecho posible el descubrimiento de grandes yacimientos", explica Dulanto.

Pero tiene críticas. Para que la compañía lleve a cabo esta labor, que califica de "muy sofisticada y única a nivel mundial", se requiere "de una administración con una vasta experiencia y estable en el tiempo".

Cantuarias critica que empresa tuviera casa en Bahía Inglesa para vicepresidentes
Eugenio Cantuarias se defiende. "Encontré una empresa que tenía problemas de gestión. El directorio conocía los resultados con dos o tres meses de retraso", denuncia. Había, explica, un problema de inventarios: "¡No se habían hecho nunca! Lo que constituye una muy mala práctica contable que, en Enami, tiene el mismo tiempo que la propia empresa". Al hacer la medición de inventarios -el stock de minerales en poderes de compra, plantas y fundición- "se detectaron importantes diferencias que debieron ser castigadas o provisionadas", lo que influyó en las pérdidas de 2011 de US$ 75,5 millones.

El ex vicepresidente sostiene que en 2012 se aplicó un severo plan de control de gastos, como reducción de viajes. Él dice que, por ejemplo, no fue a la Bolsa de Metales de Londres ni a las campañas de venta en Brasil, Londres o Asia.

También el directorio decidió vender activos prescindibles. "Recuerdo un sitio en Ventanas, una casa abandonada en Combarbalá y la casa del vicepresidente ejecutivo en Bahía Inglesa", explica. "Sinceramente estimo que, en estos tiempos, no es posible que una empresa tenga residencias para su vicepresidente ejecutivo en un balneario. Menos aún cuando se trata de una empresa pública".

Emol

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